Todas las formas de la tristeza
Venidas en el rostro de mi padre.
Elidio La Torre Lagares
Cuando supe que el olvido se impondría
Sobre la memoria fotográfica que ostentabas
Tuve tanto miedo
No has reconocido a algunos de tus hijos
Has olvidado tantas cosas que te eran familiares
Y ni siquiera lo sabes
Tú que eras verbo en bicicleta sin freno
Conocedor de más palabras que un diccionario
Orador de política y religión
Te has vuelto tan callado
Y si pronuncias algún vocablo
No es más que un murmullo inentendible
Que me entristece
Ahora tienes espíritu aventurero
Te deslizas como serpiente por agujeros
Brincas verjas
Te ha dado por caminar
Los senderos que te eran conocidos
En los que hoy te pierdes
Te has vuelto como un niño malcriado
Con los mismos resabios que tanto detestabas
Y sufres los regaños de tu mujer y tus dos hijos
Yo siento compasión de tu mirada incógnita
Esa que no comprende nada a su alrededor
Y que me alcanza como pidiendo ayuda
Me aferro al egoísmo de que no me olvides
Y me consuela oírte pronunciar mi nombre
Descifrar de tu jerigonza
Que aún significo lo más grande para ti
La sombra te ha alcanzado
Eres un roble viejo y jorobado
Una promesa de que se acerca el fin
Un desenlace lento y pesado
Que como una tormenta va arrastrando
Lo que se encuentra al paso
Borra tu nombre
Descarta quién eres
Sé un fantasma
Un maniquí si quieres
Pero no dejes que me alcance ese olvido

Notas:
Publicado antes en:
Poemario Inconcluso. S, 2014
Revista literaria Le.Tra.S. Vol. 1 Núm. 1, 2014
Imagen cortesía de Pixabay