SÍNDROME DE LOS HIJOS HIPERREGALADOS

Síndrome de los hijos hiperregalados… ¡Qué feo suena!, ¿no? Nuestros hijos podrían padecer de este síndrome si son colmados de regalos. Aunque para la mayoría de nosotros es tradición regalarles en Navidad, para su cumpleaños y en otras ocasiones especiales, debemos tener mucho cuidado para no excedernos en obsequios y convertirnos en los responsables de tener un hijo con el síndrome del hiperregalado.

A veces los padres nos sentimos culpables de no pasar el tiempo suficiente con nuestros hijos y buscamos llenar ese vacío con regalos. Sin embargo, los sicólogos infantiles afirman que esto es un error y que jamás podremos compensar la falta de tiempo compartido con cosas materiales. La felicidad que puede producir un presente es momentánea, mientras que el tiempo de calidad que pasemos con ellos, es duradero.

Por otro lado, si somos padres que queremos complacer a nuestros hijos con el más mínimo capricho, por evitar las perretas o creer que con esto seremos más apreciados, igual nos equivocamos. Más tarde o más temprano, los chicos dejarán de apreciar los obsequios porque tienen más de los que necesitan. Además, comenzarán a hacer desaires cada vez que reciban alguno que no les guste.

Un niño hiperrregalado puede presentar los siguientes síntomas:

  • Falta de concentración: es asediado con tantas cosas que no puede concentrarse ni disfrutar ninguna.
  • Falta de imaginación: tienen tantos juguetes que no pueden idearse creativamente la manera de cómo usarlos.
  • No valoran lo que tienen: se fijan en el valor monetario y no en la intención ni el afecto de aquella persona que les regala.
  • Nunca se sienten satisfechos: solo desean más y más, lo que les causa un vacío emocional difícil de llenar.
  • Poca tolerancia a la frustración: si siempre reciben todo lo que quieren sin ningún esfuerzo y mucho menos sin habérselo ganado, serán incapaces de sobrellevar futuras frustraciones.
  • Pueden convertirse en adultos materialistas: sufren las consecuencias del consumismo de la sociedad y repiten la conducta cuando son padres.

¿Hay forma de combatir el síndrome del niño hiperregalado? Sí, por fortuna la hay. No olvidemos que somos los adultos los mayores responsables de contribuir a esto. Francesc Núnez Mosteo, un sociólogo y profesor de la Universidad de Catalunya, recomienda emplear la regla que él llama los cuatro regalos. Estos son: un libro para leer, ropa y /o zapatos, algo que necesiten para el regreso a clases y un juguete. Su sugerencia obedece a la idea de ser sensatos y de establecer límites.

Como madre de una niña sé que si lo que esperan son juguetes, es difícil que acepten otras cosas. No obstante, es cuestión de evaluar la etapa en la que están, ir acostumbrándolos a que no todos los regalos son juguetes y enseñarles a valorar cualquier cosa que reciban para que no se conviertan en muchachos mal agradecidos. No conforme con esto, debemos modelar prudencia a la hora de consumir para no enviar mensajes contradictorios.

Esta Navidad y de aquí en adelante aprendamos a consumir con moderación y a regalar con mesura. Rescatemos el valor de la gratitud y ofrezcamos tiempo, conversación, buenos ratos, juegos, sonrisas y amor. Como estos no hay regalos más valiosos.

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