¿CUÁL ES LA MEJOR EDUCACIÓN SEXUAL INFANTIL?

La que le damos en casa. Somos los responsables de la educación sexual de nuestros hijos. Desde temprana edad los infantes comienzan a explorar y a aprender sobre su cuerpo, es algo tan natural como caminar. Desde esas primeras manifestaciones podemos empezar a educar. Debemos comenzar con enseñarles los nombres correctos de sus órganos sexuales. Y según van madurando, explicarles que sus partes íntimas son privadas.

De acuerdo al desarrollo humano, los pequeños de uno a dos años pueden comenzar a tocar sus genitales. Es importante estar pendientes de cómo y dónde esto sucede. Hay que explicarles que tocarse es normal, pero se hace en privado. Además de estar alertas de que no se vuelva una actividad recurrente que pueda ser indicio de un problema. Ante cualquier duda, debemos consultar a un especialista.

Cerca de los tres y cuatro años comienzan a notar la diferencia entre los órganos de los niños y las niñas (podría ser antes si tienen hermanos). Sea antes o después nos corresponde educarlos al respecto y explicar la diferencia entre uno y otro. Como, por ejemplo, por qué los varones generalmente orinan de pie, mientras las hembras lo hacen sentadas.

El tema de la sexualidad no tiene por qué ser estresante. Hemos de aprovechar la cotidianidad para hablar de sexo en todas las oportunidades que se presenten. Por ejemplo, si surge un embarazo en el círculo familiar, podemos explicarles cómo llegan los bebés al vientre materno y cómo nacen. Si el infante pregunta, está preparado para la respuesta y esta debe ser honesta. Las explicaciones que les demos deben ser de acuerdo a su madurez y usando el vocabulario correcto.

Debemos evitar ignorarlos o regañarlos cuando pregunten sobre temas de índole sexual. Existen muchos recursos que nos pueden ayudar a educarlos sobre este tema. Si causa inseguridad podemos recurrir a algunos libros, pero no dejar la educación sexual al azar o en manos de otros. Convenimos ser la fuente primaria de información y preparar el terreno para mantener una buena comunicación a corto y a largo plazo.

Además de libros, existen películas, documentales y expertos que pueden apoyarnos en esta tarea. Lo importante es que la primera información venga de nosotros. Que el varón no se sienta sorprendido ante su primera erección, ni la hembra, ante su primera menstruación porque ya sabían que eso ocurriría.

Hablemos con nuestros hijos sobre su desarrollo humano. La mejor educación sexual es la que empieza en casa. Somos seres sexuales, hablemos de sexo.

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