NIÑAS REBELDES… ¡Y CON RAZÓN!

A todas las niñas del mundo

Siempre me sentí poderosa,
incluso desde niña.
Zaha Hadid

Ser una niña rebelde es ser una niña que sueña que lo imposible es posible. Ser una niña rebelde es ser una niña que aspira a mucho más que sus antecesoras. Ser una niña rebelde es ser una niña que lucha con la fuerza espiritual que la domina. Ser una niña rebelde es ser una niña que cuestiona lo incuestionable.

Yo aliento a mi hija a ser rebelde, porque contrario a lo que muchos piensan, la rebeldía es necesaria. Del mismo modo, que vivir una vida llena de pasión, curiosidad y generosidad. Recientemente he comenzado a compartir con ella historias de mujeres (que desde niñas) enfrentaron muchos obstáculos, pero los superaron y alcanzaron las metas que se propusieron. Quiero que entienda que el género no define el tamaño de sus anhelos, sino su corazón.

Deseo que mi hija sea rebelde como Alfonsina Strada, quien desde niña condujo velozmente su bicicleta y fue la primera mujer en participar en el Giro de Italia, una de las carreras de ciclismo más difíciles del mundo (1891-1959, Italia). Que sea tan rebelde como Alicia Alonso, quien, a pesar de estar casi ciega, se convirtió es una gran bailarina, afamada en todo el mundo y fundadora del Ballet Nacional de Cuba (1921, Cuba). Tan rebelde como las hermanas Brontë, quienes desde niñas escribían relatos y poemas, y a pesar de que la literatura se consideraba oficio de hombres, escribieron en secreto, durante mucho tiempo, hasta alcanzar un éxito literario impresionante (1816-1855, Reino Unido).

Me encantaría que mi hija y todas las niñas del mundo cuestionen el porqué de las cosas como Eufrosina Cruz, quien siendo niña le juró a su padre que podría hacer más que tortillas y parir hijos. Fue vendedora ambulante para pagar sus estudios y se convirtió en la primera mujer indígena en ser elegida presidenta del Congreso estatal (1979, México). Tan rebelde como Jessica Watson, quien superó su miedo al agua y con apenas 16 años navegó durante siete meses y se enfrentó exitosamente a las adversidades de alta mar (1993, Australia).

Igual de rebeldes que Sonita Alizadeh, quien con solo 10 años fue vendida en matrimonio del cual se libró tras desatarse una guerra en Afganistán y ser enviada a un campo de refugiados. Allí fue a buscarla su madre, seis años después, con el mismo propósito. Pero Sonita lo que quería era cantar, y gracias a una canción que escribió y a un vídeo que se volvió viral, ganó una beca para estudiar música y se libró de ser vendida en matrimonio, por segunda vez (1996, Afganistán).

Las niñas rebeldes deben emular a Zaha Hadid, quien a los 10 años decidió que quería ser arquitecta y al crecer se convirtió en una de las mejores arquitectas de nuestros tiempos. Desde niña, osó rebasar fronteras y hacer cosas imposibles para muchos. Fue la primera mujer en recibir la Medalla de Oro del Instituto Real de Arquitectos Británicos (1950-2016, Irak).

Estos son solo algunos ejemplos de niñas rebeldes que han sido heroicas tras luchar, superar los obstáculos y triunfar en la vida. Todas las niñas del mundo tienen derecho de vivir al margen de la sociedad y de las reglas convencionales que quieran esclavizarlas. ¡Niñas, disientan! ¡Les sobra valor! No tengan miedo de ser libres. Brillen con la belleza de su interior, que es la innegable.

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